jueves, 14 de enero de 2016

El Caballo de Troya de los Menores: Las Falsas Denuncias

Buenas tardes a todos mis seguidores.

Hoy en día tenemos en nuestro Ordenamiento Jurídico la Ley de la Responsabilidad Penal del Menor. 
Esta Ley se creó para proteger a los menores de las penas previstas en el Código Penal Español. Obviamente, hay que tener en cuenta que no todos los menores son iguales. Cada uno tiene una historia, un trasfondo detrás de su apariencia.

Lucho por una Justicia equitativa en función de los actos que cometan las personas, tanto mayores de edad como menores, pero desgraciadamente algunos menores se están aprovechando de su condición para perjudicar a terceros por motivos espurios.

Les pongo un ejemplo real del que he tenido conocimiento.

Un grupo de amigos mayores de edad, estudiantes y trabajadores, se va de vacaciones a una casa rural. Uno de los intervinientes en el viaje llevaba hablando con una chica unas semanas por nuestro amado “whatsapp”. Todo parece normal, la chica tiene 18 años, trabaja en una tienda y está a punto de entrar en la Universidad. Como todos los jóvenes querían conocerse, así que este chico decide invitarla a pasar unos días en la casa rural.
Una vez la chica allí, y tras varios sucesos extraños, se descubre el pastel de que ésta no sólo no es mayor de edad (tiene 14 años) sino que, además todo lo expuesto, presuntamente, está fugada de su casa y sus padres han denunciado su desaparición.

¿Qué hay que hacer al respecto? Evidentemente hay que poner en conocimiento de las autoridades y cuerpos de seguridad la situación. Se informa de que hay una menor que, en ningún momento ha sido retenida, y por supuesto que se ha desconocido su edad hasta ese momento.

Se entrega a la menor a las autoridades y punto final a la situación.

Hasta ahí, todo perfecto, ¿no?

Pero imaginemos que esta menor, por motivos espurios, acusa falsamente a este chico que estaba en la casa rural de agresión sexual. ¿Qué grado de credibilidad puede tener esto? Evidentemente la chica busca venganza por haber fastidiado sus planes y haber descubierto su red de mentiras de las que se valió para manipular.

Otro ejemplo que se ha visto más de una vez es el siguiente:

Chica menor de edad que se va de fiesta con las amigas y conoce a un chico mayor de edad. Se atraen y se gustan, y acaban manteniendo relaciones sexuales de forma consentida.
La chica, para ocultar su “error” de cara a sus padres, decide decirles a éstos que este chico la ha violado. Y sabiendo que esa acusación “infame” es falsa, se dirigen a comisaría a presentar una denuncia. Este chico, en consecuencia, es detenido y procesado en un procedimiento penal por violación a una menor.

En ambos casos, mientras la chica se va de rositas, haciéndose la víctima, ¿qué le ocurre al chico? Se sumerge en un procedimiento criminal de agresión sexual a una menor, castigado con duras penas de prisión dependiendo de la edad de la “víctima”. Un buen abogado se centraría en las contradicciones en la declaración de la menor, que siempre hay alguna, y casi siempre involuntaria de las que la menor no se da ni cuenta. ¡Punto para el abogado!

Estas situaciones de falsas denuncias provocan que menores que realmente han sufrido un acto contra su integridad física, psíquica, etc., y que por desgracia no pueden demostrar por ausencia de datos objetivos que acrediten su situación, pero que realmente existe, directamente no se les crea. Esto me provoca una sensación de impotencia absoluta ante este panorama de falsas denuncias formuladas por chicos y chicas, aprovechándose de su condición de menor de edad para, bien ocultar sus errores, bien para vengarse, bien para obtener algún tipo de beneficio.

¿Mi opinión? Humilde, sobre todo. Pienso que la protección del menor de edad debería desaparecer en el momento en que comete un delito contra la vida, ó, contra la intimidad, honor y propia imagen de otra persona. ¿Por qué sólo esos? Todos los menores pueden cometer errores, y por malas compañías pueden cometer hurtos, robos, pero que no causen daños irreparables. Todos pueden tener derecho a una medida correctora que haga que sienten la cabeza.

Sin embargo, cuando un menor de edad, a sabiendas de lo que hace, interpone una falsa denuncia y atribuye delitos a una persona que no los ha cometido, debería perder la condición de menor de edad a efectos de la Ley. También pienso lo mismo cuando un menor, dolosamente, es decir, con intención, atenta y arrebata la vida a otra persona. ¿Por qué? Porque estas conductas sólo pueden cometerse por motivos espurios o simplemente de forma gratuita.

Por desgracia, la Ley no me ampara en esta opinión, y tendré que acomodarme a la Ley existente en este país. Sin embargo, nada puede condenarme por tener una opinión, y a la libre expresión que ampara nuestra CE.


¿Qué opinan ustedes?

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